sábado, 14 de enero de 2012


Will colgó el teléfono tras un buen rato de hablar con Kami Todas los fines de semana noches de mensajes por horas y horas. Había días en que se escribían se decian de todo, pero también había cosas que no se decían nunca, quizá las más importantes.

Kami apagaba el móvil y dormía tranquilo, como si en la vida no hiciesen falta más cosas,. Se abrazaba a la almohada y descansaba. Siempre lo hacía, salvo los días de tormenta (lunes-miercoles), esos en los que caía en la cuenta de que los silencios tenían dedos, caricias y deseos.

 Kami, tan lejos de Will, esa realidad se le escapaba de las manos. Podía recordar cada palabra, cada lunar y pausado esperaba una señal que le dictase por dónde caminar. Por eso todas las noches del fin de semana marcaba aquel número de nueve dígitos para que al otro lado Will le desease buenas noches…

No hay comentarios:

Publicar un comentario