Cuando
te veo y te acercas, me miras y el
simple roce de tus labios hace que mi cuerpo arda en deseo. Siento su caricia
en mi piel, como se deslizan suavemente sobre mi cuello, como presionan sobre
mi piel haciéndome perder la razón. Son tus labios los que provocan en mí un
constante estado de excitación, los que me arrastran al lado oscuro y con los
que muero cuando los siento entre mis piernas. ¿Cómo puedo tener la sensatez
suficiente para olvidarme de ellos? No puedo, es superior a mis fuerzas, me
dejo llevar por las sensaciones gozosas que desatan en mí, necesito verte, quiero sentirlos otra vez en
mi piel. Mi vello se eriza con su paso, me anuncia su llegada
Te presiento y vuelvo a morir de placer. Tú
continúas, no tienes prisa, te haces dueño de mi piel, que se ha rendido a tus
caricias . Tus labios los vuelvo a rozar con los míos, los muerdo, lo absorbo
con los míos. Me gusta tu boca, puedo estar horas viéndolos, besándolos
haciéndolos míos por unos instantes
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